Es un perro muy resistente y robusto, de estructura maciza y musculoso en todas las partes del cuerpo, insensible al dolor, capaz de combatir con animales más grandes que él y matarlos. Con la capa completamente blanca, para distinguirlo fácilmente en el monte, el Dogo Argentino se diferencia de los otros perros también por su comportamiento: ladra raramente, casi como para no querer hacer notar su presencia, pero cuando ataca, es demoledor.
La cabeza es grande con cráneo macizo. La trufa es negra. Hocico ligeramente cóncavo, con labios finos que al morder y atrapar a la presa permiten, sin embargo, que el dogo siga respirando. Los ojos de color pardo, bien separados entre ellos. Orejas erguidas o semierguidas, triangulares y cortadas. El cuello es poderoso, arqueado y grueso. El pecho es ancho y profundo. La línea dorsal muy alta en los hombros que luego se inclina hacia la cadera. Las extremidades son rectas, con muslos musculosos, cornvenjones cortos, dedos unidos y cortos. La cola es larga y gruesa. El macho debe medir unos 65 cm, y la hembra 60 cm; de peso el macho 45 kg, la hembra 40 kg. El manto siempre blanco, y sin manchas, las pigmentaciones no son deseadas.
Es el perro de caza mayor por excelencia. Este es el mejor perro para la caza de jabalies ya que cuando encuentra un rastro de un jabali en el aire, va apresuradamente por el, el cazador ha de seguir al perro hasta donde éste haya detenido la huida del jabali con un potente mordisco generalmente en el hocico cuello o parte de la cabeza.
Normalmente el cazador no sale a cazar solo con un dogo, suele cazar en jauría.
Es una raza multifuncional: guardia y defensa, (algunas policías del mundo la utilizan por la gran estoicidad para soportar el posible castigo en duros enfrentamientos con los delincuentes, perro lazarillo, rescate de personas.
Pero sin duda, la tarea que cumple en forma inigualable es la Caza Mayor (su instinto de presa esta por encima al del auto conservación). La gran diferencia entre el Dogo y otras razas puras trabajando en este área es el número reducido de ejemplares que se necesitan (cuatro o cinco)
Lamentablemente este tipo de raza, atrae a un numero de personas no muy iluminadas que quieren ser malas a través de sus perros, instigándolos contra la gente, contra otros congéneres que encuentran sueltos en la calle y si sucede alguna desgracia es siempre culpa de la raza, y no del mentecato dueño del mismo ejemplar. No nos olvidemos que la prensa amarillista aprovecha muchos estos episodios.
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